El momento que cambió mi perspectiva
Recuerdo perfectamente aquel martes de febrero. Tenía 28 años y acababa de revisar mi extracto bancario por tercera vez esa semana, esperando que los números cambiaran mágicamente. No lo hicieron.
Ahí entendí algo fundamental: no tenía un problema de ingresos, tenía un problema de dirección. Ganaba lo suficiente para vivir cómodamente, pero cada euro se desvanecía sin dejar rastro hacia ningún objetivo concreto.
Esa revelación me llevó a desarrollar un sistema que ya han adoptado más de 3,200 personas en España, transformando su relación con el dinero de manera definitiva.